La Autora
Maria Alejandra Morilla Aprile
Nació en Montevideo, Uruguay, el 6 de Agosto de 1972. Con tal sólo 24 días, junto a su madre y su abuela, llegó a Buenos Aires. Desde muy pequeña, fue amante de la lectura y la escritura. Una niña soñadora e imaginativa, dueña de una gran sensibilidad, que atesoraba sus escritos en absoluto secreto. Ya de grande, sintió que había llegado el momento de abrirlos a la mirada ajena.
Fue entonces, en el año 2002, que decidió sacar a luz sus creaciones. De esta manera, comenzó a trabajar sobre una idea muy especial, que marcaría un antes y un después en el mundo de los superhéroes: “SuperTanny”. El niño que lucha por algo más que la Justicia… lucha por el Amor.
Finalmente, en el año 2006, luego de una muy cuidada labor por parte de un valioso equipo que acompañó el proyecto, se publicó el 1º capítulo:
Nació en Montevideo, Uruguay, el 6 de Agosto de 1972. Con tal sólo 24 días, junto a su madre y su abuela, llegó a Buenos Aires. Desde muy pequeña, fue amante de la lectura y la escritura. Una niña soñadora e imaginativa, dueña de una gran sensibilidad, que atesoraba sus escritos en absoluto secreto. Ya de grande, sintió que había llegado el momento de abrirlos a la mirada ajena.
Fue entonces, en el año 2002, que decidió sacar a luz sus creaciones. De esta manera, comenzó a trabajar sobre una idea muy especial, que marcaría un antes y un después en el mundo de los superhéroes: “SuperTanny”. El niño que lucha por algo más que la Justicia… lucha por el Amor.
Finalmente, en el año 2006, luego de una muy cuidada labor por parte de un valioso equipo que acompañó el proyecto, se publicó el 1º capítulo:
¿Cómo nació SUPERTANNY?
Luego de mucho observar y no encontrar espacio para todos en los medios de comunicación, sentí la necesidad de crear un nuevo amigo.
Cada ser cuenta con el derecho de crecer a la par de sus semejantes. Sabemos que una infancia plena ayuda al buen desarrollo de una persona, como también, que una infancia desdichada da lugar a un triste ser; aunque éste luego a lo largo de su vida logre reponerse y superarse. Y así fue que inmediatamente pensé en las familias, las comunidades, en las que aun hoy encontramos adultos -quienes deberían formar y dar ejemplo- que con sus actitudes enseñan a los más pequeños a rechazar, despreciar, ignorar y en muchos casos hasta castigar física y/o verbalmente; como también generan una especie de contagio -por demás- negativo de ideas y pensamientos entre ellos mismos “los adultos”. Todo esto muchas veces sucede a partir del desconocimiento.
Como no puede haber “empatía” sin respeto, como tampoco sin aceptación, para lograr convivir es que debemos aceptar (sin rodeos) que cada uno verdaderamente es único; que todos contamos con distintas capacidades de ser, de sentir y de hacer, y que todo esto hace a la libertad del Ser.
Tanny a través de su mensaje desea desdramatizar distintas situaciones que afectan a muchos alrededor del mundo a partir del desprecio por parte de otros: en su caso es el andar en una silla de ruedas. ¿Ahora, por qué habría que naturalizar algo así, como también tantísimas otras condiciones que podemos conocer a diario? Simplemente para que cuando nos crucemos con alguien logremos ver a la persona en sí misma; quiero decir: “poder verla más allá de cualquier condición o característica”. Solo así podremos descubrir lo maravilloso que habita en los demás y en nosotros mismos.
Luego de mucho observar y no encontrar espacio para todos en los medios de comunicación, sentí la necesidad de crear un nuevo amigo.
Cada ser cuenta con el derecho de crecer a la par de sus semejantes. Sabemos que una infancia plena ayuda al buen desarrollo de una persona, como también, que una infancia desdichada da lugar a un triste ser; aunque éste luego a lo largo de su vida logre reponerse y superarse. Y así fue que inmediatamente pensé en las familias, las comunidades, en las que aun hoy encontramos adultos -quienes deberían formar y dar ejemplo- que con sus actitudes enseñan a los más pequeños a rechazar, despreciar, ignorar y en muchos casos hasta castigar física y/o verbalmente; como también generan una especie de contagio -por demás- negativo de ideas y pensamientos entre ellos mismos “los adultos”. Todo esto muchas veces sucede a partir del desconocimiento.
Como no puede haber “empatía” sin respeto, como tampoco sin aceptación, para lograr convivir es que debemos aceptar (sin rodeos) que cada uno verdaderamente es único; que todos contamos con distintas capacidades de ser, de sentir y de hacer, y que todo esto hace a la libertad del Ser.
Tanny a través de su mensaje desea desdramatizar distintas situaciones que afectan a muchos alrededor del mundo a partir del desprecio por parte de otros: en su caso es el andar en una silla de ruedas. ¿Ahora, por qué habría que naturalizar algo así, como también tantísimas otras condiciones que podemos conocer a diario? Simplemente para que cuando nos crucemos con alguien logremos ver a la persona en sí misma; quiero decir: “poder verla más allá de cualquier condición o característica”. Solo así podremos descubrir lo maravilloso que habita en los demás y en nosotros mismos.
Junto con SuperTanny deseo que este planeta -que habitamos y por ende vivimos- cada instante se convierta en un lugar mejor, en el cual prime respetarnos más allá de toda diferencia.
DIFERENTES SOMOS TODOS, solo que en algunos casos la diferencia puede ser más notoria.
Con todo cariño, Alejandra
Junto con SuperTanny deseo que este planeta -que habitamos y por ende vivimos- cada instante se convierta en un lugar mejor, en el cual prime respetarnos más allá de toda diferencia.
DIFERENTES SOMOS TODOS, solo que en algunos casos la diferencia puede ser más notoria.
Con todo cariño, Alejandra